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En la base de la carcinogénica subyace un daño genético no letal. Este
daño genético (o mutación) puede adquirirse por la acción de agentes
ambientales, como sustancias químicas, radiación o virus, o puede heredarse en
la línea germinal. El término ambiental, usado en este contexto, implica
cualquier defecto adquirido causado por agentes exógenos o productos endógenos
delmetabolismo celular. Sin embargo, no todas las mutaciones están inducidas
«ambientalmente». Algunas pueden ser espontáneas y estocásticas, entrando en el
grupo de la mala suerte.
Un tumor se forma por la expansión clonal de una única célula
precursora que ha sufrido daño genético (es decir, los tumores son
monoclonales. Para tumores con aberraciones citogenéticas de cualquier tipo (p.
ej., una translocación), su presencia puede tomarse como evidencia de que la
proliferación es clonal. Los reordenamientos del gen del receptor de
inmunoglobulinas y del receptor de células T sirven como marcadores de
clonalidad en los linfomas de células B y T, respectivamente.
Las principales dianas del daño genético son cuatro clases de genes
reguladores normales: los protooncogenes, promotores del crecimiento; los genes
supresores tumorales, inhibidores del crecimiento; los genes que regulan la
muerte celular programada (apoptosis) y los genes implicados en la reparación
del ADN.
Los alelos mutantes de los protooncogenes se consideran dominantes,
porque transforman las células a pesar de la presencia de un equivalente
normal. La pérdida de la función génica causada por la lesión de un único alelo
se llama haploinsuficiencia. Este hallazgo indica que la dosificación del gen
es importante y que se requieren dos copias para una función normal. Los genes
que regulan la apoptosis pueden comportarse como protooncogenes o genes
Supresores tumorales. Las mutaciones de los genes de reparación del ADN no
transforman directamente las células, afectando la proliferación o la
apoptosis. En su lugar, los genes de reparación del ADN afectan la
proliferación o la supervivencia celular indirectamente, influenciando la
capacidad del organismo para reparar el daño no letal en otros genes,
incluyendo protooncogenes, genes supresores tumorales y genes que regulan la
apoptosis. Una discapacidad en los genes de reparación del ADN puede
predisponer a las células a mutaciones extensas en el genoma y, por tanto, a
transformación neoplásica. Se dice que las células con mutaciones en los genes
de reparación del ADN han desarrollado un fenotipo mutado.
Es interesante que
se ha descubierto recientemente una nueva clase de moléculas reguladoras,
llamadas microARN (ARNmi) Incluso aunque no codifican proteínas, se ha
demostrado que diferentes familias de ARNmi actúan como oncogenes o como
supresores tumorales. Lo hacen influyendo en la traducción de otros genes, como
se tratará posteriormente.
La carcinogenia es un proceso en múltiples
pasos, tanto a nivel fenotípico como genético, resultante de la acumulación de
mutaciones múltiples. Como se comentó anteriormente, las neoplasias malignas
tienen varios atributos fenotípicos, como crecimiento excesivo, invasividad
local y capacidad para formar metástasis distantes
ALTERACIONES ESENCIALES PARA LA TRANSFORMACIÓN
MALIGNA
Los siete cambios clave son los siguientes:
· Autosuficiencia
en las señales de crecimiento:
· Insensibilidad
a las señales inhibitorias del crecimiento:
· Evasión de
la apoptosis
· Potencial
replicativo ilimitado
· Angiogenia
mantenida
· Capacidad
para invadir y metastatizar
· Defectos
en la reparación del ADN
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